La hidratación:
Es aconsejable hidratarse regularmente, incluso antes de tener sed.
(HIPERTERMIA) aumento de la temperatura corporal, exceso de calor, aparece cuando estamos soportando altas temperaturas.
La deshidratación es una amenaza constante para el montañero en cualquier entorno y clima. En climas más fríos (HIPOTERMIA) perdida de temperatura en el cuerpo, ocasionada por el frío, tenemos menos sensación de sed, debemos de tener mucho cuidado, pues posiblemente no nos demos cuenta de que nos estamos deshidratando.
En climas fríos y, sobre todo, en alta montaña nuestro organismo consume más oxígeno por ese motivo, hiperventilamos más originando una mayor pérdida de líquidos. Cuando pasamos de 3.500 o 4000 metros es conveniente beber de 3 a 5 litros diarios.
No obstante, me voy a centrar en un clima Mediterráneo, temperatura desde los 20. º Hasta los 39. º, Y un alto grado de humedad.
El cuerpo humano está compuesto por un 70 % de agua. Nosotros “Montañeros y senderistas” en nuestra actividad solemos andar, subir y bajar salvando grandes desniveles y terrenos de considerable dificultad, por lo que perdemos agua de nuestro cuerpo que tendremos que reponer en la misma proporción.
¿Cuánta agua debería beber? La respuesta no es una ciencia exacta, puede variar mucho en función de la situación, altitud, humedad, esfuerzo, temperatura, condición física y, sobre todo, la necesidad de nuestro cuerpo. El grupo de senderistas que solemos salir habitualmente a la montaña, para una ruta de quince kilómetros y un desnivel de 1000 metros positivos con una temperatura entre 20º y 35º. Andamos a una media de 3 kilómetros la hora, (terreno de montaña) solemos llevar sobre de 2 a 3 litros de agua. Yo aconsejo llevar para una salida de estas características, mínimo 2 litros de agua. La prueba es que cuando viene alguna persona que no está muy acostumbrada a este tipo de esfuerzo y clima, siempre acaba consumiendo dicha cantidad como mínimo.
Es conveniente que lleves agua de sobra, prestar atención a las señales que emite tu cuerpo y, poco a poco, podrás calibrar el agua que necesitas en función del clima y el entorno.
Síntomas de deshidratación:
Sed, náuseas, dolor de cabeza, “la comida no me entra”, fatiga, no puedo dar un paso más, calambres musculares, falta de orina u orina oscura etc. Si la deshidratación no se coge a tiempo, puede provocar una pérdida de consciencia y un estado de coma.
¿Qué debo que hacer?:
. – Buscar una sombra no muy lejana y parar a descansar. Si no la encuentras puedes poner varias prendas de vestir camisetas o toalla en un matorral y crearla tú mismo.
.- Se comerá lo mínimo posible para evitar con la digestión el consumo de agua. No ingeriremos ni alcohol ni tabaco.
. – Reponer líquidos, beber a sorbos pequeños. Si llevas bebida isotónica la combinas con agua al 50 %.
. – En casos de calor sofocante y siempre que lleves agua de sobra, moja un pañuelo y póntelo en la cabeza y nuca. Cualquier acción que ayude a estabilizar la temperatura corporal es recomendable.
. – Descansar hasta que estés totalmente recuperado.
Se pueden poner en práctica muchas más acciones, pero estas son las básicas.
Advertencia:
Una persona que padece alguna enfermedad crónica relacionada con el corazón o riñón, suele ser más propensa a sufrir graves daños por deshidratación.
Conclusión:
Es evidente que la falta de agua y su consecuencia, pueden causarnos un gran perjuicio a nuestra persona o a cualquier miembro del grupo. Debemos planificar muy bien en consumo de agua en nuestras salidas a la montaña. Advertir a los componentes del grupo sobre el tema y en caso de duda hacer una revisión general de cantimploras.
No estaría de más hacer alguna práctica de supervivencia, sobre todo en el aprendizaje de las distintas formas que existen para obtenerla agua y purificarla si fuera necesario.
Ojo con los riachuelos, manantiales de aguas puras y cristalinas, no siempre son lo que parecen. Este tema lo trataré en uno de los siguientes artículos.